viernes, 1 de abril de 2011

Un corazon azul

En un sitio llamado Ensueño habían muchos corazones. Uno por cada humano en la Tierra. Los había de todas formas y colores, algunos con alas otras con llamas. Su forma y tamaño era fiel reflejo de las emociones del humano al que pertenecían.
                En ese sitio había un pequeño corazón azul, lleno de cicatrices y un par de alas rotas. En su mejor época había sido un gran corazón rojo, con unas hermosas alas con las que podía sobrevolar todo Ensueño, alegrando a los demás corazones, siendo importante para ellos ya que los podía cuidar y consolar.  Sin embargo ahora solo quedaba un remedo de corazón. No podía volar, apenas si podía caminar por si mismo, y había empequeñecido tanto que apenas se podía ver. Estaba triste porque como estaba no le era útil a nadie, nadie lo necesitaba y asi como estaba, solo causaba molestias a los demás corazones que lo veían ahora como una pesada carga de la que nadie se quería encargar.  Los demás corazones se enfadaban con el por estar en esa condición, o causaba tristeza a los que lo que recordaban como era antes. Queria poder ayudar, quería poder curar, quería saberse necesitado. Pero no había nada de eso y eso lo hacia cada vez mas pequeño. Para un y roto y estropeado corazón como el no había lugar, simplemente si desapareciera nadie lo notaria, nadie lo extrañaría. Asi que un dia hizo sus maletas y decidió dejar Ensueño. Cuando estaba en el limite de ese país misterioso miro para atrás, con la leve de esperanza de que alguien lo detuviera, de que algún corazon le dijera que no se fuera, que era necesario. Pero no había nadie. El pequeño corazón azul sonrio con tristeza . No importaba lo mucho que hubiera hecho antes, simplemente asi como estaba no le servia a nadie, asi que nadie le detendría. Con amargura cruzo el limite, ya no quería saberse una carga, tenia que aprender a valerse por si mismo porque ya había entendido que nadie lo podría proteger o cuidar. Los corazones nacian solos y solos es como debían de cuidarse, no podía esperar que alguien le reparara las alas, que alguien le curara las cicatrices, que alguien le pintara de nuevo rojo el alma. Habia esperado en vano que alguien lo detuviera, que no lo dejaran alejarse, simplemente tenia que aprender a estar solo y a encontrar la razón por lo que estaba en ese mundo. Porque los corazones solo existían si tenían una fuerte razón para hacerlo, sino era asi, se iban haciendo cada vez mas pequeños hasta desaparecer. Por eso regresaría si encontraba una buena razón para existir.
                Fue asi como empezó a viajar por lugares desconocidos. Era tan pequeño e insignificante que nadie le prestaba atención y a pesar de que fue apuñalado un par de veces por ladrones de caminos, siguió en su búsqueda de poder encontrar una razón para no desaparecer. Pero por mas que la buscaba no la encontraba. En una ocasión creyó encontrar una razón, pero fue sola una ilusión que el mismo se creo, deseoso de no desaparecer. Al final de un invierno duro, el corazón azul estaba tan pequeño como un frijol. Estaba cansado, cansado de caminar de sentir esa fatiga crecer cada vez mas. Asi que, buscando recuperarse, se sentó bajo el cobijo de un árbol lleno de nieve. Cerro los ojos agotado y suspiro. No quería desaparecer. No quería. Poco a poco se fue quedando dormido hasta que entro en un profundo sueño del que aun no despierta. No desapareció pero durmiendo esta hasta que alguien lo busque y lo necesite.

1 comentario:

  1. yo quiero ese corazon azul >.> XD no te duermas codorniz que aunque el invierno es frio siempre llega la primavera ^^

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